Tag Archives: Joc de paraules

Confinamiento

Estàndard

Llevaba varias semanas encerrada en casa sin poder dormir. La situación anómala que estábamos viviendo me producía ansiedad y nerviosismo. Había dejado de ver sesiones maratonianas de las series que me habían recomendado, porque nunca encontraba el momento de darle al botón rojo de apagado. Siempre quería saber cómo continuaba. Es el “enganche” de las series. Termina cada capítulo en un momento álgido de la historia.

Me acostumbre a leer un buen libro antes de irme a dormir. Tampoco funciono. Solo me quedaba acostarme y contar ovejas, cosa que no hice, por parecerme bastante ridícula y por supuesto, por no creer en el “sistema”. Encontré la solución dándome una ducha antes de meterme en la cama. Dejaba caer el agua sobre mi cabeza i me imaginaba que estaba en medio de un bosque rodeada de frondosos árboles y que una fina lluvia se deslizaba por mi cuerpo desnudo.

El siguiente problema que debía resolver era el aburrimiento y la desidia. Las dos o tres primeras semanas lo lleve fenomenal. Me había preparado para la ocasión. Dos pilares de libros a medio leer descansaban sobre la mesa. Era mi primer reto, en el que fracase rotundamente. Cuando oía un ligero ruido por la escalera o voces susurrantes, miraba por el agujero de la cerradura para ver i oír mejor. Pero lo encontraba tan ridículo, que también deje de hacerlo. No conseguía concentrarme para la lectura.

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Hi havia una vegada

Estàndard

Hi havia una vegada una nena a qui li agradava molt que la seva avia l’expliques contes que se inventava mitjança un joc que havien ideat entre les dues. La nena deia quatre paraules i l’avia havia d’explicar una narració on sortien les quatre paraules, i eren narracions com aquesta:

Hi havia una vegada una tortuga enamorada de la lluna i cada nit pujava del fons del mar i esperava amb ànsia veure-la sortir. I tota la nit, fins l’albada, es quedava tirant-l’hi floretes i recitant poemes que anava improvisant sobre la marxa.

Com que la nit la passava en vela, dormia durant el dia. Es tancava en clau dins de la seva closca perquè ningú la molestes. Però tan va mirar a la lluna,  que un dia va quedar cega.

El seu amic mussol al veure-la tan trista, va intentar ajudar-la- Buscant per el seu cau ple d’andròmines, va trobar una llanterna. Al arribar el vespre va anar a buscar-la i enfocant a les parpelles cegues de la tortuga, va encendre-la, dient que eren els raigs de la lluna que venia a escoltar els seus poemes.

 

Rosa C.L.

El Karma

Estàndard

Mariano no tuvo nunca un buen karma en esta vida. Triste, solo y amargado decidió un buen día suicidarse. Estaba convencido de que su reloj biológico debía dar las últimas campanadas. ¿Pero cómo hacerlo?

Se puso unos cuernos de alce y se fue a un coto de caza, para ver si lo confundían con una gran pieza y le daban una buena perdigonada, pero habían decretado la veda del alce.

Con la ayuda de la lupa consulto en el listín telefónico una agencia de alquiler de avionetas para lanzarse en paracaídas. Estaba  decidido a no tirar de la anilla, pero solo consiguió romperse una pierna y la clavícula.

La doctora que lo recompuso había sido su “novia” del instituto. Empezaron a salir y el karma de Mariano cambio de color.

 

Rosa C.L.